Hostels en Zurich

Sobre Zurich

Zúrich es la capital económica de Suiza y una de las urbes más caras del mundo, así que posiblemente lo primero que se te venga a la cabeza sean bancos, paraísos fiscales, relojes… ¡Estás muy equivocado! Bueno, tampoco del todo, porque todo eso existe, pero Zúrich es, ante todo, una ciudad encantadora y tranquila donde podrás alojarte en un hostel sin que te cueste un riñón.

Elige de entre los diversos hostels de Zúrich ubicados en el casco antiguo, cerca de los museos y de los lugares más importantes. La ciudad dispone de establecimientos clásicos para mochileros con bar y cocina común, perfectos para conocer a otros viajeros. ¿O qué te parece un hostel en Zúrich con terraza en la azotea con vistas espectaculares a la ciudad? También puedes quedarte un poco más lejos, a orillas del lago que comparte nombre con la ciudad, en un moderno hostel en Zúrich con patio soleado, mesas de ping-pong y un bar de lo más acogedor. Si quieres explorar con un presupuesto bajo, ¡no tendrás opción mejor!

Para descubrir la cara más apacible de Zúrich, ve a uno de sus dos principales barrios históricos: Lindenhof, con unas vistas increíbles al río, o Niederdorf, con sus pintorescas calles del casco antiguo llenas de mercados locales. Además, en estas zonas también encontrarás los sitios más interesantes y parques con árboles. Y no dejes de ir también a Zúrich West, un distrito muy de moda, menos caro y más alternativo.

Cuando visites Zúrich, no te pierdas la iglesia de San Pedro y su famoso reloj, ¡el más grande de Europa! La iglesia de Fraumünster también es muy bonita, con sus extraordinarios vitrales diseñados por los famosos artistas Giacometti y Chagall. ¿Quieres ver el verdadero lujo de Zúrich? Acércate a la emblemática calle Bahnhofstrasse. Es más que probable que no puedas comprar nada, ¡pero mirar es gratis! ¿Prefieres algo más hipster? Lo tuyo es el mercado Viadukt, donde hay de todo, desde vanguardistas cafeterías hasta las discotecas más de moda.

Moverte por Zúrich es muy sencillo. El casco antiguo es casi por completo peatonal y la ciudad en sí es bastante pequeña, así que las piernas son una buena manera de visitar la urbe mientras ahorras algo de dinero. Tu otra opción es el transporte público, con una red de autobuses y tranvías muy eficiente.